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Italia History, Language and Culture

History of Italia

Aunque la unificación italiana se llevó a cabo en 1861, su historia ha influido, más que cualquier otro país la historia europea. En el siglo XIII a. de C., pueblos originarios de Europa central ocuparon el norte del actual territorio italiano. En el sur, entre el sexto y quinto milenio, se desarrolló una cultura que contaba con cerámicas impresas. Hacia el año 3.000 a. de C. el bronce comenzó a ser trabajado en la isla de Sicilia y mil años después, pueblos provenientes del oriente, llamados kurganienses, produjeron una cultura llamada rinaldone. Al desintegrarse el imperio hitita, los etruscos se establecieron al norte del río Tíber por el año 900 a. de C. Su influencia se extendió por el valle del río Po hasta fines del siglo VI, cuando la presión de los celtas logró quebrar la unidad territorial de sus dominios.

Según la leyenda, en el año 753 a. de C. Rómulo fundó la ciudad de Roma. Con el rey Tarquino Prisco (616-578), Roma entró en la Liga Latina. Octavio se consolidó como primer emperador en el año 27 a. de C., iniciando un largo período de paz, la Pax Romana. El Imperio, que nació dominando tierras desde el río Rhin en Germania hasta el norte de África, abarcaba además toda la península ibérica y los actuales territorios de Francia, Gran Bretaña, Europa Central y Oriente Medio hasta Armenia. Su expansión duró hasta comienzos del siglo II, cuando los disturbios internos volvieron a sumir a Roma en el caos. En el año 330 el emperador Constantino trasladó la capital del imperio hacia Bizancio -llamada Nueva Roma-, Desde 493 DC el reino ostrogodo de Teodorico mantuvo la unidad de Italia, pero la región fue reconquistada por Justiniano. A fines del siglo VI, Italia estaba fragementada en unos doce estados. Durante los mil años siguientes la historia de Italia estuvo dividida entre la historia del norte (dominada por el Sacro Imperio, el Papa y el poder de las ciudades-estados) y el sur (dominado por los vestigios del Imperio Bizantino, los Musulmanes, los Normandos, los Angevinos, Aragoneses y Borbones).

Carlomagno obtuvo el control del norte en el siglo VIII y durante el resto de la Edad Media su sucesores trataron de imponer el poder imperial en la región. Durante el siglo XI, los estados independientes de Florencia, Génova, Milán y Venecia comenzaron a expandirse comercial y económicamente. En el sur, Sicilia fue tomada por los musulmanes en el siglo IX y por los Normandos en 1059 que dominaron casi todo el sur de la península. En el siglo XII este reino era uno de los centros culturales más importantes de Europa, sobre todo bajo el reinado de Roger II. Unificado brevemente al imperio germánico por un matrimonio entre 1189 y 1268, Nápoles y Sicilia fueron gobernados respectivamente por las familias de Anjou y de Aragón hasta su reunificación en 1442. Los Papas tuvieron un papel preponderante en la diplomacia italiana del siglo XV. Durante este siglo tuvo lugar un florecimiento de las artes y de la cultura sin precedentes (el Renacimiento) con escritores como Machiavelo, Aristio y Guicciardini y mecenas como los Medicis y los varios papas que ayudaron a los artistas como Fra Angelico, Rafael, Botticelli, Miguel Angel o Leonardo da Vinci. En el ámbito político, el siglo XVI, es el siglo de la victoria de los españoles sobre los franceses en Italia, los Habsburgo se instalaron en Milán, Nápoles y Sicilia. Muchas de las pequeñas ciudades—estados que habían afirmado su poderío comenzaban a declinar sin embargo mantenían su independencia.

Durante el el siglo XVIII, «Siglo de las Luces», fueron muy importantes las influencias francesas sobre todo en el reino de Nápoles y Sicilia (gobernado por los Borbones) en los otros reinos el poder central era casi inexistente. La oposición a los Habsburgo fue liderada por Garibaldi y la Dinastía de Savoya que también reinaba en Cerdeña desde 1720. A fines del siglo, Napoleón invadió Italia, ocupó Roma y creó la República Romana y la República Partenopea en Nápoles. Sólo dos estados italianos quedaron fuera de la dominación napoleónica: Sicilia y Cerdeña, donde gobernaba Víctor Manuel I. El emperador francés abolió el poder temporal de los papas y deportó a Pío VII a Savona. Ante la caída de Napoleón, en 1814, Víctor Manuel II nombró a Camillo Benso Di Cavour presidente del consejo de ministros. Artífice de la unificación, Cavour logró que el reino sardo-piamontés se convirtiera en el Reino de Italia, del que sólo Roma y el Véneto quedaron excluidos.

En 1870 los italianos invadieron Roma y ante la negativa del papa Pío IX a entregar el poder temporal, lo confinaron en el Vaticano, donde sus sucesores permanecieron hasta 1929. El rey Humberto I firmó la Triple Alianza con Austria-Hungría y Alemania en 1878 y comenzó la conquista colonial de Eritrea y Somalia en África. Al estallar la Primera Guerra Mundial, Italia se mantuvo neutral, pero ante las presiones de sectores nacionalistas y de izquierda, terminó declarando la guerra a sus viejos aliados de la Triple Alianza y ganó algunos territorios al firmarse la paz. Entre las dos guerras, Italia estuvo dominada por los problemas económicos y la expansión fascista de Mussolini. Tras sucesivas crisis de gobierno y luego de una impresionante marcha sobre Roma, Víctor Manuel III ofreció el gobierno a Mussolini. Una reforma electoral le otorgó mayoría al Partido Fascista, maniobra que denunció el dirigente socialista Giácomo Matteotti, a quien asesinaron, en 1924, adictos al Duce Mussolini. Una nueva Constitución implantó la censura de prensa y en 1929 se firmó el pacto de Letrán con el Vaticano, por el cual se restablecía el poder temporal de los papas, con lo que el gobierno ganó apoyo entre los católicos. La política internacional de Mussolini se dirigió casi exclusivamente a la conquista de colonias. En 1936 Italia invadió Etiopía y un año después se constituía el Imperio Italiano de Africa Oriental. Durante la Guerra Civil Española se estrecharon los lazos con la Alemania hitleriana conformando el eje Roma-Berlín.

En 1943 los Aliados derrotaron a las tropas de Hitler y el rey traspasó el poder a su hijo Humberto II. El rey abdicó en 1946 y la República fue proclamada. Bajo la dirección de Alcide de Gasperi, el Partido Demócrata Cristiano ganó una mayoría relativa y organizó el gobierno. Esas primeras elecciones marcaron el inicio de la hegemonía demócrata cristiana. En mayo de 1948 Luigi Einaudi, también del PDC, fue elegido primer presidente de Italia. El partido demócrata cristiano ha formado parte de los 51 gobiernos desde el fin de la guerra, aunque el liderazgo fue perdido en los años 80 y el poder ha sido ocupado por otros pequeños partidos.

La inestabilidad es la característica principal de la vida política italiana. Sin embargo, parece tener poca influencia en el desarrollo de la nación ya que Italia, a pesar de décadas de turbulencia política, se convirtió en los años 80 en una de las economías más fuertes del mundo. Entró en la eurozona en 2001. 

Alto niveles de desempleo, corrupción, ausencia de reformas estructurales e institucionales y unos altos niveles de deuda culminaron en la crisis de 2008. Tres después el primer ministro conservador (y controvertido) Silvio Berlusconi tuvo que dejar el poder en medio de juicios por corrupción, y otros relacionados con asuntos personales. Fue reemplazado por Mario Monti que también asumió la cartera de Economía y Finanzas para resolver la delicada situación económica. Su esfuerzo no duró mucho, y desde abril de 2013, Italia cuenta con un nuevo primer ministro, Enrico Letta, que intenta hacer un gobierno de coalición con los centristas de derecha e izquierda. 

Italia Culture

Religion in Italia

La mayoría de la población es católica romana; hay una pequeña minoría protestante.

Social Conventions in Italia

La estructura social está muy influenciada por la religión católica. Los lazos familiares son muy fuertes, más que en el resto de países de Europa occidental. En cualquier circunstancia se deben observar las normas elementales de cortesía. La ropa informal está muy aceptada pero el uso de los trajes de baño se limita a las playas y piscinas. Es necesario utilizar ropa formal (o por lo menos pantalones largos y camisas) a la hora de visitar las iglesias. Está prohibido fumar en los edificios públicos, transportes y cines. Los visitantes deben tener cuidado ya que al igual que en muchas capitales europeas hay robos en las grandes ciudades.

Language in Italia

El idioma oficial es el italiano. Además se hablan algunos dialectos y alemán y francés en las zonas fronterizas.